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Mostrando entradas de 2024

Tránsitos

Tenía un cachorro de tránsito. Cachorris le decía. En realidad, eran dos. Se llamaban Cabo y Rabo. En general agarro en duplas y me gusta hacer juegos. Estuvieron Upa y Epa, Loto y Quino, Terma y Luis, pero a Cabo y Rabo yo les decía Cachorris.  Antes de ellos tuve a Silvio, a él le decía perruki. Y a Momo le decía Sarnita. Les pongo nombre porque el formulario de tránsito lo pide, pero algunos nacieron para tener apodos que el form no me permitiría. Pipa fue mi primer tránsito. Cuando la recibí, sentí que se me moría porque era muy chiquita. Me entraba en la mano y me pareció tan pero tan frágil, que la pelea que estábamos teniendo con mi novio se cortó a la mitad y solo me dediqué a pensar cómo iba a mantener a este ser, vivo.  Estaba sana pipa, no le pasaba nada. Pero era muy chiquita. En mi cumpleaños se me cayó arriba de la torta y quedó llena de merengue.  Silvio en cambio llegó muriendo. Corrí a la veterinaria, pensé que no llegaba pero se salvó y lo adop...

Me imagino sus patitas

Me la imagino. Caminando tranquila por la playa a un paso mucho menos apurado que el que tiene ahora. Me imagino que los chicos la hacen correr, y que ella a veces corre y a veces mira. El viento le pega en su pelo que siempre fue el mismo. Le infla su pañuelo que intenta atrapar las ráfagas para agarrar envión pero solo agarra mechones sueltos que se le enredan.  Me la imagino acercándose a la orilla, al aire ciego que le venía pisando los talones en cada clac  de sus taquitos ahora desconcertado por perderle el rastro en la arena. Arena que vuela por todos lados y se mete en las medias can can color piel, en las hebillas de su pollera cruzada y ese pañuelo en una eterna carrera de despegue. Está fresco de ese lado de la isla, más a esa hora.  A su lado camina un hombre con una sonrisa impecable. Un hombre que se sabe importante, gracioso, con estatus. Tiene delante de él a sus dos hijos menores, por fin sanos ambos, que se tiran caracoles y montones de arena que intenta...

Tour familiar

 -El cura los esperó como media hora. Están todos esperándolos. ¿Dónde estában? - Fueron 10 minutos. No sabíamos.  Además, esos 10 minutos en realidad fueron 8, porque 3 fueron afuera del Memorial fumando un pucho escuchando un audio de la marcha peronista. Yo igual le dije a mi hermano: salí con tiempo. Él trataba de mover el horario. 10 más, 10 menos. Es lo mismo. Caía en su único feriado. Es un mal plan.  Se había muerto la nueva suegra de mi vieja. Yo ni siquiera llegué a conocerla. Mi hermano tal vez. Íbamos en solidaridad de los que quedan, como a todo entierro. Pero no son 10 más, 10 menos. Son misas cortas, suelen tener fila. Entra uno, sale otro. Lo hacen breve porque nadie  quiere estar en un entierro, y se intenta tener consideración por todas las partes. Mi hermano igual bajó tarde. Yo igual respiré porque no quiero ser esa persona que te putea de los nervios.  Eran pocos, muy pocos. Me di cuenta al toque cuando llegamos que nos esperaban. No solo po...

Eclipse. Extracto de "Editar el tiempo"

 En el 2020, nos fuimos al sur. Fuimos a ver el eclipse. Hubo un intento en Chascomús unos años antes, al que no fui y mis amigos en el último momento se lo perdieron también por una nube. Nube y todo, dijeron que los pájaros se volvieron locos. Que todo se puso oscuro. Y sin verlo, sin estar en la parte de eclipse total, valió la pena. En el 2020 el eclipse completo pasaba por el sur, en algunos lugares se veía mejor o peor. Tratamos de buscar el mejor.  Un mediodía, terminamos junto a varios otros autos en la mitad de un desierto mirando a través de anteojos cómo de a poco la luna se ponía frente al sol. Hasta que sucedió.  El cielo entero cambió de color. Entero. Ya no era amarillo/celeste. Se había vuelto un degradé entre violeta y lila. Ya no me sentía en Piedra del Águila, me sentía en un western. En el set de un western, claro. Con una lona gigante envolviéndonos en un cielo surreal que bajó como tres grados de un segundo a otro.  Ya no hacía falta usar los an...

Un quilombo

Que raro que duelas  todavía.  Qué pesado. Denso.  Basta.  Vos te moriste hace 12 años, Vos hace 8 meses,  Y con vos ya corté tanto que no tiene sentido.  A vos te pido perdón.  Con vos la densa soy yo.  No tengo nada para darte, estoy dispersa.  Te parece omnipotente  pero debería parar.  Es fácil. Se frena, y ya.  En vez de prometer planes,  comidas, visitas, se para. Pero quiero mimos,  ¿viste? Por la gente que murió  hace 12 años, 8 meses y tanto. Hoy te fuiste y dejé de llorar. Hacía falta que te vayas para sentirme algo mejor.  No quiero hacer quilombo.   Pero te gusta, me decís.  Hay una opción más  prudente. Ni siquiera la más   prudente, y nunca la tomás.  Entonces, algo te gusta.  ¿O no? ¿Por qué estoy acá? Si querés estar tranquila.  Sin romper nada.  Creo que no quiero  romper nada. Le decía a él:  no quiero ser esto para vos. Y él decía: no lo se...

Un Zuco

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  UN ZUCO  Tu sonrisa es un zuco de arancia  se va para los costados  como todo lo ácido  y se escapa la medida es un zuco de naranja  ¿me das un zuco de naranja?  lo estaban exprimiendo en mi cara,  lo vi tarde. ya habíamos pagado,  tuviste que pagar dos veces y es que, mira lo que son.  Desde esa canasta.  Brillando muchísimo.  ¿Con hielo? No.  Así. ¿Mirá si se agúan?  Que estén así, bien ácidas,  naranjas, con pulpa.  Qué buena esa máquina. Sin ni esfuerzo. Entran salen entran salen  con la facilidad que reboto por la vereda.  Es un zuco de los que te hace frenar en la mitad de la calle a gemir con un mmmmmmm como un plato de ñoqui al horno. Con un toque astringente que te quema la lengua pero la deja dulce.  Saltando, flotando, con el sol y zuco de arancia en la cara que me sacas con el pulgar para probar. Una bambina me decís. Pero mira este zuco de naranja, ¡miralo!  Posiblemente no...

El problema es que no hay fotos

 El problema es que no hay fotos.  Antes había. Tenía varias, las fui borrando. Las tenía en carpetas y en teléfonos que fui perdiendo uno atrás del otro, perdiendo información en el camino. Tengo el 20 del 20 del 20 del 20 del 20 del 20 del 100% que igual nunca supo haber.  Llegan estas fechas y nos reenviamos las mismas fotos. Las mismas que subí hace años. Las mismas del cumpleaños pasado. Y del aniversario pasado. Porque el tiempo pasó y no quedan más recuerdos para reciclar, lo que teníamos en papel lo fuimos tirando y además, yo crecí.  No me gustan las fotos de beba. No tenemos fotos de adultos. Y soy mucho más adulta, tanto como lo que pensaba que era cuando te fuiste. En perspectiva, era de esperar.  Pero me enoja igual. Y llega otro cumpleaños en el que te busco y no te encuentro en ningún lado. Mi teléfono reconoce mil caras para buscar con filtros y vos no sos una. Sos un puntito lejano en el camino.  Entonces no me queda otra que escribirte. A ...

Enroscado desde que me subí al auto

Te tengo que confesar algo, desde que me subí al auto estoy enroscado.  Me buscaste con esa sonrisa y una cantidad de sugerencias e invitaciones que empecé a desconfiar de apenas me encontraron. No se puede así. Con vos. Qué difícil. A veces te escucho hablar y me olvido. Me distraigo con los pasajes de decenas libros que se arremeten y piden intervenir y que los recite para vos así por un rato estoy ahí, mirando la ruta extenderse, llenando el auto de palabras.  Tan linda tenías que ser. Y además pedirme que te lo diga. ¿Sabés el tiempo que estuve buscando el mate? Si el marrón o el amarillo de plástico o el más grande o más chico. Quiero predecir cuál es el correcto. Cuál te hace sonreír, porque como un boludo lo único que quiero es eso. Y que te de el sol cuando me des el gusto, si es que estás acá. Pensando en eso me das la mano y vuelvo. Vamos de la mano. Me mirás divertida.  Vos vas caminando por el bosque, con tus pupilas dilatadas buscando lobos entre los árboles....