Me gustás mucho a la mañana/ Mornings look good on you

Me gustas mucho a la mañana.

Me gustas cuando nos despertamos,

todavía no tenemos conciencia de nada. 

Si es mi casa, o la tuya. 

Es la mía, porque los rayos de sol

se empiezan a filtrar por la cortina de mentira

que mirás exasperado sabiendo que tiré el blackout.

Si es tu casa, sonó la alarma

o ya dormimos más de 9 horas 

y el cuerpo pide que nos movamos.

O me lo pide a mí, vos siempre te rezagás

un poco más y ahí te busco.

Ahí me gustás, cuando nos despertamos.

¿Querés ser mi novio solo a la mañana?, te pregunté.

A la hora en la que todavía no hay nada 

estamos juntos hace solo unos minutos

mis piernas trepando las tuyas de forma automática.

A la mañana recién despiertos no hay ayer,

no hay un plan, no tenés trabajo y no te tengo bronca,

no hay almuerzos familiares, no hay caminatas por la ciudad

estamos vos y yo desnudos.

Tenemos los ojos apenas entreabiertos pero 

tus manos empiezan a acariciar mi espalda, 

cada hueco y hueso, mientras te doy besos.

Todo a ciegas, todo por instinto.

Me gustás mucho a la mañana, cuando somos

tal para cual, un rompecabezas pulido.

Nos erosionamos y moldeamos

a imagen y semejanza.

Mis dedos con tus dedos, mis dedos en tu boca.

Ni un centímetro de distancia.

Te miro y es lindo mirarte. 

A veces soy yo la que durmió demás 

y me mirás vos, y también me gusta. 

La mañana es la que más me hizo dudar. 

Si me hace sentir esta inmensidad 

de amor antes que cualquier otra cosa. Automática. 

¿Cómo se puede querer así? ¿Tanto, a la mañana? 

La última mañana no me miraste, no me tocaste.

Me empapé de acercarme mucho a tu cara. 

Busqué tu boca pero te levantaste, busque ese amor inmenso

pero te lo llevaste hasta la ducha, y me pareció bien

Pero yo lo quería, quería que seas mi novio a la mañana.

Quería llevarme esta mañana a mi casa y guardarla. 

Siempre tengo frascos vacíos para usar.

Me la quería llevar para contemplarla. Como evidencia:

"¡Miren! Miren qué lindo este amor. Lo hice yo."

Pero de los nervios la dejé tirada,

al lado de la sábana como una media suelta.

No me cabía en las manos, que ya

apilaban la mochila, el proyector

y ese abrazo horrible de las 3am desesperado.

Todavía me acuerdo, y me gustás mucho a la mañana.

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Mornings look good on you.

When we wake, I love you when we lie unaware. Is it your place or mine? It’s mine, because of the sun and its rays that pierce the cloth I replaced the blackout with. You hate the morning sun, and love that I don’t. But it’s your place, the alarm went off or it’s been over 9 hours, and

our bodies are slightly restless. Mine at least. You tend to fall back, snooze and linger tenderly back. That’s our trigger. That’s when we wake. I like you, when I search for your warmth Can you be mine only in the mornings? I asked you that. I want you then, when nothing happened yet. When we’ve been together for no more than a slow minute. My legs kneading over yours. Mornings have no past, no plans, no work, no remorse, no family gatherings nor city walks. Just me and you, naked. Smiling. Sleeping. Eyes barely open, so that we find our way with our clumsy hands. Hungrily making their tread up my back. Softly, through skin and bone while I kiss your nose. Blindly, by instinct. The whole world wrapped in my arms. I like you early morning. We’re peas in a pod. A thousand piece puzzle, all ready to hang. We take each others shape, until there’s nothing I can peek at your essence: the things I like and lied about to label yours. My fingertips on yours. My fingers in the threshold of your open lips. Not an inch of distance. I look at you, and it’s nice to stay there. Locked in your sleepy blinks. Though sometimes I overslept. And it’s you who stares at me lazy. I like that too. Mornings made me doubt. They feel so immense. They hold so much love. More than anything else. Unstoppable, unbearable love. So much. Every morning. But that last one you didn't even glimpse. Your hands didn’t feel their way. My cheeks were soaked from standing so close to you. I wanted to plead asylum and kiss you and triumphantly hold up that invincible love we’re made of. But, you took it with you to the shower. And that was fine. And that was it. But I did like you, early in the morning. I wanted to take them home. All of them. I wanted pockets full of them. To empty on the table and pick apart. I wanted the evidence, so I could show the world. "Look at this love. Look at it". But I dropped it on the way out. Near the covers and an odd sock. It fell while trying to balance my stuff,

my projector, my backpack and that horrible

way you held me, desperate, at 3am.

But I did love you, in the mornings.