No va a desaparecer

Tu hombro es fulminante.
Un espasmo no anunciado
que tira toda carga
y se me cae encima

Sin culpa, sin apego
tu mirada se alza
para que baje de a poco la voz
hasta quedar muda 
y con la pera al pecho

Veinte años tardaste 
para que un grito avergonzado 
rompa un silencio
lleno de cómplices
y no te pueda preguntar por qué.

Una cicatriz perforada
infectada
por uñas y lágrimas 
ahora se enfría. Ya está.

Cuatro días de silencio
calmo de sábanas y
plumones tibios
para entender.

Tengo que entender. 
Que esa fuiste vos, 
pero que él 
no tiene por qué desaparecer.

Comentarios

Publicar un comentario