A dónde va este río

El día después de ayer hablamos de lunas cuneiformes
 donde empezaron las matemáticas.
 Leeme, te pedía de cerca. 
 Yo tocaba la arcilla pálida 
 que ahora se me pierde con el agua
que me ahoga. Me pierdo en la arcilla yo, no te veo. Traducime, te decía, como si fuera braille. Y llevaba la cuenta. Leíamos números con las manos. Yo escuchaba las palabras que hay detrás de cada símbolo. Raíz de. Mayor o igual a- ante, bajo, cabe, con, contra, de, desde Sobre esto, sobre aquello. Piquito para acá, para allá Me fui para allá- donde el río se quiebra como la arcilla que escucho romperse aunque voy lento No sé ir más lento. El río no sabe ir más lento para forjar la palabra y que las cuentas den bien. Trato de coser, medir, rimar antes de llegar a las lunas detrás de la niebla, atomizada entre las piedras. Vos tratabas de ayudarme. No. Me decías. El agua se revuelca y se vuelve blanca. ¿Cómo estás haciendo la cuenta? Te muestro las manos con arcilla húmeda, te muestro- No te veo. El aire está empapado. Me encandila el binomio que puse a secar al sol. Lo envolviste en un papel sobre el estante y probamos otra cosa. Cuando no mirabas, yo insistía y sacaba la cuenta de nuevo. La saco de nuevo, todavía Por si acaso. Pero no me da. Es menor o igual a. ¿Fue hoy? Me sentía cerca de tus jeroglíficos, de las lunas y de vos- Que no te parece muy serio lo que digo Que no te parece que el tipo de cuero de un pergamino tenga algo que ver con el contenido de su fórmula. Leeme esta cuenta, te pedí. Negaste con la cabeza, riendo: Eso no es una cuenta. Las cuentas de verdad flotan. Entre manotazos floto. Una capa de agua helada se traga mis pergaminos. Es transparente y bajo ella las líneas son dobles, triples, elongadas. No llego a leer. Te imagino dibujando lunas en el aire. Leyendo uno, dos, tres mientras cuento poemas en las integrales y derivadas que no por eso me salen. A veces dibujabas lunas. Te propuse en vez Cincuenta tiras de bambú para hilar con seda para que quede una tablilla. para leer de derecha a izquierda y las miraste fijo y las corriste para apoyar tu cuaderno me entra agua en los ojos mientras hago la cuenta mental que es mucho más suave que el papel de tu cuaderno. Dejo de acorralar excusas entre corcheas- Corchetes, me sonreís. Una luna contenida en el paréntesis de tus orejas. Trato de leer ese tramo de la cuenta en este tramo del arroyo. Si te pudiera hacer lunas en la palma, apoyarme en tu hombro. Lunas con el dedo, para que entiendas y consultarte estoy segura estoy leyendo bien. Si pudiera transcribirlas con los dedos hechos un bollo, y desplegarlos en esta cosquilla discursiva que te compete. Pero me abraza la corriente para decirme que las cosquillas no argumentan. ¡Qué pena! Mi brazo extendido sobre tu mesa como tronco, como corteza, como certeza Lo talaste. Estoy hasta las cejas del ruido del agua contra las piedras; es difícil explicarte. La llanura no frena. Las corrientes aceleran todas a la vez. Desmoldan los juncos que se aplastan para exprimir su salvia que me consume en hilos que no escuchás. No sé a dónde va. No sé a dónde va Solo puedo hacer esta cuenta que no me da. Otra vez. Una y otra vez. Vos hacías cuentas mucho más que yo. Vos, en algún lugar, sabías sobre esta violencia metódica que era verte sonreír. Deberías saber de los hilos y arcillas de los picos y corcheas o corchetes y clausuras que me hacen peso y me sepultan en el lecho del río que pasa una y mil veces mientras saco la cuenta hasta que por fin te veo. Nado a tu lado con el brazo que me queda estirado con tinta y plumas y una cuenta en mi palma. que podría funcionar. Que te quiero mostrar. Que me da igual, o menor a y pasa un diluvio que borra todos los ideogramas

cada mostacilla cada tabla y rama de bambú cada placa de arcilla, ahora mojada hasta un cauce entre ríos de Egipto por el que te leo ir, abrazada a un pergamino borroso por el río de enfrente, hasta donde nacen las matemáticas. me queda una cuenta lavada, y no me animo a preguntarle, entre el arrullo de las olas el esqueleto de bambú, el aleteo ventoso del pergamino henchido como vela, otra cosa.

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