Cada vez que me voy vomita
Lari nunca lloró.
Johnny se enferma cada vez que Helen se va para que no se vaya.
Lo hizo toda la vida.
Solo dice "que horror que los chicos no estén". Pero no llora.
Helen dice que está bien llorar pero de una manera rara.
Otra vez fui a un médico pensando que no pasaba nada y en realidad estaban todos preocupados.
Helen dijo que nunca cuenta lo que tiene. Que siempre dice que tiene "algo". Pero no qué ni con quién.
Mi prima tuvo algo en la tiroides.
¿Abuela que tuviste? Si me dan los remedios mal, me puedo morir.
“Tuve algo”.
En su sala de estar hay un puercoespín de cristal roto.
Cuando puedo me clavo las puntas de los pinches en las yemas.
Le digo que fue un año duro y eventualmente eso pasa factura.
Lari estaba deprimida. Pero se dio cuenta recién a los noventa un médico.
¿Es Lari? ¿O Victoria? Es otra. Todas querían tener hijos. Y Helen hubiera querido tener más. Una mano es muy poco.
Su amiga Carol hacía muy buenos regalos. Particulares. Jugados. Es una pena que también murió.
Le dice a Elena “Es verdad, fue un año raro”.
Yo no dije raro. Dije duro. Ella tampoco llora. Ni habla.
Yo no voy a decir que horror que no estén los chicos.
Nadie quiere festejar su cumpleaños este año. Este año nadie cumple. ¡Viva!
Estamos agotadas. Nos quedamos las dos dormidas en el sillón.
Será. Será tan difícil hablar.
¿Con quién se habla de lo que a nadie le importa?
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