Hablás muy fuerte
Sé que cuando vuelva a casa voy a escribir sobre vos y tu sonrisa en los ojos contándome de Hegel ensimismado, a los gritos, como siempre. Me da un poco de vergüenza que grites. Otro poco me divierte. Que lo hagas a pesar de vos. Ese impulso de hacerte escuchar, y darle vida a esas bocanadas que viven en la duda. Miro tus frases arremolinadas acechando mi repregunta y me olvido de escucharlas, y gritás, entre- cortado. Pero el viento te burla y todas tus notas fueron a parar a la corriente Queda ruido y aire salado y una tensión que te me vas a romper, pienso mientras se acumula volumen. Me desprendo para verte mejor. Todos tus gestos me quiero aprender. A veces me distraigo, consume mucho hacerte hablar de mí, hacerlo pasar por preguntas así respondés "qué buena pregunta" que en vos significa no lo pensé. No que es una buena pregunta. Te agarrás la boca con la mano y ...