Vértices y promesas
Las contradicciones son nuestro punto más fuerte. Es raro. Pero son el vértice. Ahí empieza el juego. Vos y yo. Un poco como los imanes a la inversa. La tensión día a día es tirante y elástica. Está siempre ahí. Apretujamos todo pero las piedras no se chocan ni se rompen ni se cansan de rechazar. Nos resistimos. Desde el hueco de ese filo nos miramos muy nerviosos. Pensando cómo mentirnos en la medida justa. Un poco más y se nota. Un poco menos y no alcanza. Necesitamos vértices. Puntos medios. Cosas que dejen tarea para el hogar. Por ejemplo eso de ser libres siempre y cuando sea por igual. Pero yo ya sé que el juego siempre es resistir. Ver quién negocia mejor. No soy boluda, solo me hago. Pero sonaba lindo, sonaba re lindo ¿no? Te voy a hablar y no sé que decirte. Un montón de palabras como papelitos de relleno de una caja. Quilombo nomás. Hasta que me quedo en silencio y dudás primero. Y me quedo sin pellejos en el dedo índice y sin parte de la ye...